Aunque la moderación del coste del gas y la luz haya reducido el IPC hasta el 8,4% en abril, lo cual es una buena noticia, la presión sobre la inflación subyacente ha aumentado hasta el 4,4%. Así, el peor comportamiento del empleo que muestra la EPA se corresponde precisamente con los sectores industriales, donde están golpeando con mayor fuerza la espiral de los precios, especialmente en mercados como el de las materias primas y la energía, los problemas de abastecimiento de insumos y la paralización del transporte, con un puerto de Shanghái prácticamente colapsado.
La caída del PIB de Estados Unidos en un 1,4% durante el primer trimestre del año, tras crecer un 6,9% a fines de 2021, constituye un aviso a navegantes sobre los riesgos que atenazan a una economía que, pese a su solidez, afronta también vientos inflacionistas, tras registrar en marzo la tasa de inflación más elevada desde 1981, de un 8,5%, impulsada por el alza de la energía, los alimentos y la vivienda. España debería recordar que la inflación puede llegar a moderarse puntualmente con parches y tiritas, pero no a frenarse. Se trata de un problema que requiere de una política económica seria y cohesionada con Europa, dirigida a neutralizar una subida de precios constante en un entorno de elevada incertidumbre que se está haciendo notar ya en el empleo industrial y que puede acabar poniendo a España al borde de una recesión. La contabilidad nacional arrojará luz adicional sobre el comportamiento del consumo, que es siempre la primera víctima de la inflación.
El mercado laboral estadounidense ha recorrido un largo camino desde los peores días de la pandemia, cuando más de 20 millones de estadounidenses perdieron su empleo. Ahora la recuperación entra en una nueva fase, que probablemente será más lenta.
El mercado laboral estadounidense ha recorrido un largo camino desde los peores días de la pandemia, cuando más de 20 millones de estadounidenses perdieron su empleo. Ahora la recuperación entra en una nueva fase, que probablemente será más lenta.