La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, compareció el pasado lunes ante el Parlamento Europeo para explicar las últimas decisiones de política monetaria de la institución, que ha subido los tipos de interés en 300 puntos básicos desde julio de 2022 para contener la elevada inflación que afecta a la zona del euro.
Lagarde defendió la independencia del BCE frente a posibles interferencias políticas y subrayó su responsabilidad y rendición de cuentas ante los representantes de los ciudadanos europeos. La presidenta del BCE también expresó su solidaridad con el pueblo ucraniano, que sufre desde hace más de un año la invasión rusa de su territorio, y destacó la importancia de apoyar a Ucrania en su lucha por la libertad, la democracia y la paz.
En cuanto a la situación económica de la zona del euro, Lagarde reconoció que el crecimiento se había desacelerado en el cuarto trimestre de 2022 debido a la crisis energética y al conflicto bélico, pero señaló que las condiciones de oferta habían mejorado y que se esperaba una recuperación gradual.
Mientras tanto, en Suiza se está gestando una operación bancaria histórica: UBS está ultimando la compra de Credit Suisse por más de 2.000 millones de dólares, según informó el sábado el diario El País. El Gobierno suizo está dispuesto a permitir que UBS se salte algunas reglas para que la fusión entre las dos mayores entidades del país pueda hacerse realidad cuanto antes.
Credit Suisse atraviesa una grave crisis financiera tras años de escándalos y pérdidas en sus resultados. El banco ha sufrido una fuerte salida de depósitos y un desplome bursátil que han puesto en riesgo su solvencia. El Banco Nacional de Suiza le ha ofrecido un préstamo de hasta 50.000 millones para fortalecer su liquidez, pero no ha sido suficiente para frenar el pánico.
UBS está en una posición de fuerza en la negociación porque asume el riesgo de acudir al rescate de Credit Suisse. Por eso busca obtener ventajas en las reglas de capital que aplican para los bancos más grandes del mundo. Y ante el temor de que Credit Suisse oculte todavía algún muerto en el armario, reclama garantías de que le cubrirán futuros gastos legales.
La fusión entre UBS y Credit Suisse daría lugar al mayor banco europeo por activos y al sexto mayor del mundo. La operación trasciende las fronteras helvéticas y requiere el visto bueno de los reguladores internacionales.
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